Me toca cruzar el río.

Vivir desde allá.

Una nueva experiencia, nuevos horizontes para observar.

Nuevas historias para contarles.

Tiene un dejo nostálgico este blog, porque siempre extrañaré mi Buenos Aires querido.

22 de septiembre de 2010

Alfonsina por la ciudad

Me compre una bici, le puse Alfonsina. Porque si fuera verdad eso que dice mi mama, que una vez el Rio de la Plata bajó tanto que se podía cruzar caminando, usaría mi bici para ir del otro lado del río para visitarlos mas seguido.


Pero volviendo a la realidad donde el río es profundo y mi bici no es un barco, me desperté con una hermosa mañana soleada y salí a la calle a estrenar mi nueva adquisición.

Recorrí algunas calles de Montevideo, una ciudad que se despierta con los rayos de sol y las temperaturas primaverales. Después de un largo recorrido decidí tomar el desayuno y recordé que mi amiga Silvia me comentó que la Alianza Francesa tiene un cafetín.

Café con leche y croissants, cuadros y pinturas francesas en las paredes, música de Charles Aznavour de fondo… por la ventana se ve el jardín del magnífico caserón de principios de siglo pasado, que hoy ocupa la Alianza.

No estaré en Montmartre, pero se siente algo parecido y me hace sonreír.

16 de septiembre de 2010

Sentido común

La gente en Montevideo tiene un sentido común muy especial, yo todavía no lo entiendo mucho.


Tal vez necesitaría que venga mi amiga Marina y me explique un poco, ella también tiene otro sentido común diferente al resto de los mortales.

Por ejemplo, en el supermercado algunas verduras se pesan en el sector verduras y otras en la caja, pero no hay ningún criterio (o por lo menos yo no lo descubrí) que te indique cuales tenes que pesar en el momento y cuales dejar sin pesar hasta finalizar la compra.

Una vez llame a un radio taxi desde la calle, y cuando le indique donde estaba para que me venga a buscar me respondieron: Estas a 5 cuadras de la parada del radio taxi, veni vos!

Y esto es lo mejor, le paso a una amiga y se los voy a reproducir textualmente:

Suena su celular, y ella atiende:

(S, de Silvia – V, de voz en el teléfono)

S: Hola

V: Hola se encuentra Ignacio?

S: No, equivocado

V: Ah discúlpame, es el 123456789?

S: No, equivocado

V: Bueno... y sabrías decirme en qué número puedo encontrar a Ignacio?

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No les parece genial?

30 de agosto de 2010

Recuerdos

Es la primera vez que me toca vivir en otro país, vivir en otra ciudad, ser extranjero.
Es una experiencia nueva, y aunque antes de venir me imagine mil cosas de como sería mi vida aquí, todo resultó muy diferente.
La vida cotidiana cambió, el paisaje, surgen necesidades diferentes y los sentimientos están a flor de piel. 
A veces siento alegría, a veces nostalgia, pasan por mi cabeza infinitos recuerdos.
Porque el vivir en otro país, no solo me hace extrañar la vida que llevaba en mi tierra, extraño el pasado, mi infancia, las personas que ya no están con nosotros, todas las memorias que tenía archivadas brotan y se hacen presentes.
Montevideo añade su ingrediente a este viaje al pasado. Aunque la tecnología avance, y a pesar de la globalización aquí se mantienen las costumbres de antaño. Las calles, la gente, los objetos hacen caso omiso al avance del reloj, parecen detenidos en el tiempo. 
Cuando camino por la ciudad sin rumbo, siento que todas las reminiscencias de mi infancia se asoman en las esquinas. Las plazas, los almacenes, la ropa, los comercios cierran a la hora de la siesta.
Este viaje al pasado es una experiencia única, me invita a mirar para atrás, hacer un repaso de mi vida y cuento con la escenografía acorde. 

6 de agosto de 2010

Video


Por razones ajenas a la administración de este blog el video del garaje, no ha podido cargarse...
Estamos trabajando en los desperfectos técnicos y lo adjuntaremos a la brevedad.
Sepa disculpar las molestias

                                            La Observadora  (from the Charrua´s coast)

4 de agosto de 2010

El Garaje, un capítulo aparte

Para contarles un poco de los pormenores (o por mayores) del garaje, me tengo que remontar en el tiempo y aburrirlos con una breve introducción.
En nuestra de casa de Bs As, el auto dormía afuera. Desde que tuve el lujo de tener auto propio no me podía dar otro más y alquilar un garaje, así que los autos que pasaron por nuestras manos siempre quedaron indefensos ante las posibles amenazas de robos, choques o granizos.
En la búsqueda del nuevo hogar en tierras charrúas, notamos que la gran mayoría de los departamentos incluían cochera.
Cuando por fin elegimos el departamento, ni me tomé el trabajo de bajar al estacionamiento y ver la cochera asignada para nosotros. La consideraba un bonus trak, un plus que no estaba en la lista de los requisitos para el alquiler.
Fran se mudo a Montevideo a fines de abril, después del casamiento de Ruchi.
Yo no llegue hasta el 7 de mayo.  Fue inteligente de mi parte mandar a Fran y a mi suegro para que recibieran la mudanza y acomodaran un poco la casa antes de mi llegada. Se hospedaron en un hotel y durante el día desembalaron, limpiaron y acomodaron muebles.
Mi llegada, junto con mi mama y Franchu, fue a las 20 hs de un viernes en Buquebus ya que tenía la tarea de cruzar el auto.
Maneje hasta el edificio Zadar (así se llama nuestro refugio), y nos estaba esperando Wilson quien al ver un auto con patente Argentina no dudo de quién era yo y me abrió la reja ,que permite entrar a una especie de gran zaguán a la intemperie para autos y personas.
Se presento, “chismeó un poco” y me dijo: Su marido la está esperando, Bienvenida.
Tocó un botón parecido al de una llave de luz y lentamente comenzó a abrirse una cortina metálica para que pudiera dirigirme a mi cochera. (Yo le indico cual es, no se preocupe señora – dijo)
Ante mi asombro (y el de mi mamá, Franchu dormía cual león chico), ahí no terminaba la cuestión. Apretó otro botón similar al anterior, y un puente levadizo de madera comenzó a bajar hasta quedar a nivel del suelo y del auto.
“…cosa de Mandinga” pensé. Y entre triunfante por el puente.

La entrada al edificio

El garaje, propiamente dicho, es el peor del mundo. Tiene todos los ingredientes molestos: espacios chicos – autos grandes – poca luz – caños y columnas por todas partes que complican el radio de giro y generalmente algún vecino mirando como transpiras para lograr terminar la hazaña y poder bajar del auto.
Pero con paciencia y voluntad en la maniobra número 173 el auto entra perfecto.
No sé que es peor, si armarse de paciencia y hacer las maniobras pertinentes con delicadeza, avanzando el giro a razón de 1 cm por maniobra,   (para los que ya tenemos algunas décadas encima, es la misma técnica que se usaba con el programa Logo de computación para hacer una pelota : adelante 10 , atrás 10, derecha 1 ), o bancarse a Wilson diciendo : “Hay que tomarle la mando… doble un poquito, un poco mas… dele dele, CUIDADO que va a tocar… la inquilina anterior tenía un coche más grande que el suyo… pero lo tenía estudiado… en 2 maniobras lo metía”)
Cuando percibió mi mirada fulminante ( Cual era la técnica!!!!! Decímela ya!!!!) Continuó con su relato: “… pero nunca presté atención en ver que maniobras hacía la mujer”.
No vale la pena aclarar que guardar o sacar el auto del garaje se convirtió en una tarea que tratamos de evitar y utilizamos el recurso de dejarlo afuera hasta que nos rompieron el vidrio y nos afanaron el GPC y los CD del auto.
Este infortunio nos vio obligados a volver a las maniobras, a calcular la distancia con la columna o el caño y a encontrarnos con la vecina de garaje quien mientras observaba nuestra batalla cotidiana decía:
“La inquilina anterior no sabes que maña se daba…” “Ella lo que hacía era…”
(Por fin!!!! Pensé.  Me van a revelar el secreto de la campeona del Tetris automovilístico.)
Luego de una pausa añadió “…Lo entraba marcha atrás desde la calle.”
(EH!!!! Un chino absoluto, esto es una estafa!!!! Seguiré practicando Logo: adelante 10, atrás 10, derecha 1)
La inquilina anterior, la reina del Tetris.

Y así pasaron los días y se hicieron semanas… y aunque nunca logre ser la inquilina anterior me acostumbre y le tome (un poco) la mano.
Después de dos meses volvimos a Buenos Aires con nuestro querido C3, ya que debíamos entregárselo a su nueva dueña: Lal.
 El motivo de la venta, era que no podíamos tener un auto con patente argentina si queríamos tener la residencia en Uruguay. Al regresar, en solo una semana elegimos auto, pagamos y nos entregaron el nuevo: Un Renault Symbol 0KM.
Fran lo manejó los primeros días, y yo elegí la peor combinación para probar “el chiche nuevo”; sacarlo del garaje en un día de lluvia feo y oscuro.
Tenía que ir al centro y todavía no soy muy ducha con el mapa de Montevideo, otro ingrediente más a la tensión de manejar auto nuevo (además ya les conté que el trazado de las calles está diseñado por un nene de 5 o 7 años).
Cuando por fin termine mi recorrido, busque a Franchu en el colegio y al entrar al garaje me encontré con el auto de la vecina en la pequeña y cuadrilátera calle que tenemos para que cada uno pueda acceder a su recinto asignado. En la cochera frente a la nuestra había una camionetita de una empresa de seguros (ese espacio muchas veces está vacío y es lo mejor que nos puede pasar a la hora de estacionar).
La vecina (una mujer de unos 50 años, de baja estatura con pelo rubio por los hombros, probablemente docente de algún liceo) estaba junto con el dueño de la camionetita sacando fotos al auto, porque le habían robado el estéreo y alguna otra cosa más.
-          Porque no metes el auto ahí? Dijo, señalándome una cochera libre en donde entraba con suerte y vaselina una moto grande.
-          No, deja… espero que termines, no entro ahí. ( y mientras pensaba, a esta señora sí que le mintieron con las medidas)
Cuando terminaron con la sesión fotográfica, la vecina se dirigió a mí y dijo:
-          Ahora entro mi coche y te dejo pasar.
El espacio que me quedaba para maniobras era muy mezquino, respire hondo y con resignación empecé a practicar mis conocimientos de logo (adelante 10, atrás 10…)
Y como para que no me sienta sola, a ambos lados del auto tenia al asegurador y a la vecina diciendo:
-          Mmm, toca así, ponelo mas para este lado… no, no que toca.
-          Si lo entras de trompa, yo saco la camioneta y así tenes más lugar, dijo el asegurador.
( Si entro el auto de trompa, apago el motor, lo agarro a Franchu y me voy a mi casa GIL!!!!!)
Entonces se escucha la voz suave de docente de mi vecina:
-          La inquilina anterior lo entraba en una maniobra, venía directamente marcha atrás desde la calle.
Casualmente de fondo sonaba una canción que decía “… que no vale la pena discutir, si lo podemos arreglar a tiros…”
Ganas no me faltaron de hacer caso a la canción de Bunbury… y tendría que haber respirado hondo y dejarla pasar. Mi reacción fue intermedia:
-          Sabe una cosa, dije mirando al asegurador, el auto va a entrar con maniobras y paciencia; Y si los tengo a ustedes gritándome en Estéreo no puedo concentrarme ( mi tono de voz aumentaba a medida que iba terminando la frase)
El pobrecito de Franchu empezó a llamarme y pedirme cosas y como era de esperar la ligó él al mejor estilo “NO ME PONGAS MÁS NERVIOSA DE LO QUE ESTOY, CARAJO!!!!” (China Zorrilla en Esperando la Carroza). Le pegue tres gritos, y la vecina que seguía mirando, me dice en un tono suave e irritante:
-          No te pongas nerviosa…
Guardé el auto en la maniobra 510, lo llene de besos a Franchu y le pedí perdón.
Mientras subía en el ascensor pensaba: “Realmente es un beneficio tener Garaje?”

Nota: Otro día les cuento porque sé que lo que hacía la inquilina anterior es un chino.




29 de julio de 2010

La Búsqueda del Tesoro

Una mala noche… tardé en dormirme, prendí mil veces la luz y volví a mi lectura nocturna una y otra vez… Cuando ya fue demasiado tarde, me mude a la cocina para no molestar con la luz y mi lectura.
Finalmente a las tres de la mañana el sueño me venció y retorne al pequeño espacio de cama que me dejaron Fran y Franchu. La causa de este insomnio: un leve dolor de muelas.
Aclaro leve, porque no era de esos dolores que te transforman la cara y te hacen jurar cosas que nunca vas a cumplir (del estilo, si se me pasa la invito a mi tía Olga a pasar una temporada a mi casa…). Era de esos dolores que dan una pequeña sensación de escalofríos en un lugar específico de la boca, era un dolor Sensodyne, de esos que tal vez pasan… pero en algunos días se manifestará con bombos y platillos a las 4 de la mañana en la peor noche de tormenta.
Precavida, para evitar llegar a esa instancia, me desperté con una misión: IR AL DENTISTA (mi amiga Sol diría Odontólogo).
La obra social que tenemos, nos las provee la empresa donde trabaja Fran. Por lo cual, invocando a mi sentido común, lo llamé a la oficina y le pedí si me podía averiguar con sus compañeros del laburo el teléfono para urgencias odontológicas.

                -Che, mi mujer tiene que ir al dentista, alguien sabe que tiene que hacer para ir a una  guardia?
Una voz atrás gritó: “Que llame al 147 y ahí la derivan”.
Ese fue mi primer papelito de la búsqueda del tesoro.
                -Emergencias, Buenos Días.
                -Hola, buen día. Llamaba para hacer una consulta… necesito ir a una guardia odontológica, ustedes me podrían guiar a donde ir?
                - Tiene que ir a la guardia odontológica del Policlínico
(Nota: Es muy común en Montevideo, que todos hablen de los lugares, personas o cosas como si fueran de conocimiento público de todo el mundo… al estilo novela me voy a al Holding y es el único que existe y todos saben de qué hablan)
-          Mmmm, soy una afiliada nueva, donde queda el Policlínico?
-          Bv. Artigas y Bv. España 
Raudamente, ubique a Franchu con Soley y me fui en el auto a la dirección que me pasaron.
Estacioné en Artigas y al no ver ningún “Policlínico” en la zona llamé al tel. de Urgencias para que me den la dirección exacta:  Bv. Artigas 992
Ya con ese dato en la mano, el resto sería una simple rutina de consulta médica ante una urgencia.
Miro la numeración de los edificios en donde estoy parada: 990
Ok, pensé, es la casa de al lado.
A la izquierda 996.
A la derecha 984
Qué extraño, debo haber escuchado mal el número.
Vuelvo a llamar, para corroborar la dirección… Si señora, es esa la dirección Bv. Artigas 992. Donde esta?... ah, no…. Es cruzando para el otro lado.
Camino hacia la derecha (en sentido contrario a la numeración buscada) y ante mi asombro los números de las puertas se asomaban así:

990         984         972         cruzo la calle      962         983         992         970         954

La lógica de la numeración es acorde al trazado del mapa de las calles de Montevideo. Esta diseñado por un chico de 5 años… 7 años como mucho.

BINGO!!!!! Llegue a la guardia.
Me presento explico mi problema y cuando comienzan a tomar mis datos para por fin poder tener contacto con el tan dichoso dentista, al presentar el carnet de mi obra social:

                -Blue Shield? No, no está afiliada al Policlínico, acá no atendemos Blue Shield

La señorita, muy amable, llamo a todos sus conocidos dentro del policlínico para constatar si realmente era así y no habían incorporado a Blue Shield en los últimos meses.
Mientras la señorita seguía hablando con todo el policlínico, mi sentido común razonó: La compañera de Fran me dio el número de urgencias de SU Obra Social, la cual evidentemente no era la misma que la nuestra.
Mientras tanto la recepcionista me decía: Hay que agotar todas las posibilidades, si a ti te dieron esta dirección tal vez Blue Shield es parte de nuestro staff.
No aceptó mi razonamiento, hasta después de llamar a toda la institución y comprobar que evidentemente Blue Shield no era parte de las Obras Sociales del Policlínico.

-Tienes que ir al CEOM (o algo similar… mucho no los entiendo cuando hablan rápido), es cerca a dos cuadras por Bv. España.

Tomé mi papelito mental de la búsqueda del tesoro y me dirigí hacia el “CEOM”, el cual como era de esperar nunca encontré.
Ante mi frustración, recurrí a lo que tendría que haber hecho desde un principio: Mire el dorso de mi carnet de Blue Shield, y llame al número de atención al cliente que se encontraba ahí.

-          Blue Shield , en que puedo ayudarlo?
Explique mi problema (el speech, ya lo tenía incorporado como un robot)
-          Ah, no. Guardia Odontológica no tenemos. Tiene que llamar al Dr. Herrera, el maneja las urgencias.

Otro papelito mental… un celular y un fijo de un doctor. (A esta altura  ya había perdido la cuenta de los papelitos mentales, no sabía en qué paso estaba pero solo quería terminar la maldita búsqueda)

Intento con el número fijo, y recibo como respuesta una operadora que dice: No puede realizarse la llamada. Intento nuevamente… la misma respuesta.
Llamo entonces al celular (soy muy respetuosa con los celulares de la gente que no conozco y me siento que invado cuando llamo… para mí es un último recurso)

-          Hola
-          Dr. Herrera?
-          Si, quien habla?
-          Disculpe que lo llame al celular, pero me dieron su número en Blue Cross para que me ponga en contacto con usted por una urgencia odontológica.
-          Usted podría llamar al teléfono fijo?
-          Si, disculpe, intenté antes a el otro numero pero la comunicación no puede ser realizada.
-          Ah… a ver… Huy está mal colgado. Proba de nuevo.

Llamo al teléfono fijo, y me atiende una voz femenina:

-          Consultorio
Empecé a relatar mi speech …
                       -  Si, si un momento por favor


La misma voz pero más lejana (supongo yo tapando alguna parte del teléfono para que yo no escuche)  Dr. Usted la puede atender ahora? Y escucho la respuesta de un hombre atrás. Sí, pero tiene que venir  ya.  La voz era la del Dr. Que me había atendido por celular.

-          Si, disculpe la demora. Podría venir para acá?, estamos en el centro.
-          Si me explican cómo llegar, si. Respondí
-          Un momento que le paso con el Doctor que él es el experto en calles.

Escuche la explicación y mientras pensaba…
Estaré siendo parte de alguna película y no me avisaron, será esto una especie de reality show fusión con es una joda para Tinelli con un tinte de Almodovar y Esperando la Carroza…

No vale la pena que les cuente el resto de la anécdota que siguió su curso normalmente, lo cual no sé por qué me pareció rarísimo.

27 de julio de 2010

Los tiempos desde el otro lado del río



La maquina del tiempo, algunos lo llaman Buquebus.

Uruguay es un país donde el tiempo no pasa… el tiempo no es un tesoro que todos guardamos y tratamos de minimizar la duración de todas nuestras tareas para poder tener más tiempo para poder hacer más cosas… y seguir viviendo apurados por las dudas… (Ese ritmo típico de ciudad del cual soy muy parte)
Acá el tiempo es para compartir, para hablar…, para tomar mate, para contarle al vecino cuales son las novedades de la cuadra, y en relación a los servicios es exactamente lo mismo. Si contratas el teléfono, tardaran días o incluso semanas en conectarte la línea. Y de nada sirven los reclamos… pues están trabajando en tu solicitud.
Ni hablar de los multituti que podemos contratar para arreglar baños, luces, etc… la colocación de 3 apliques de luz puede durar una jornada de 8 hs.
El otro día vino el hermano de Soley a colocar los apliques del baño (resulto una paradoja, que el hombre tenía muy pocas luces y justo eso era lo que debía colocar). A uno de los apliques le faltaba una pieza que era como una banda de metal para poder colgar la luz.
Sra., falta la “mnsrarsdadunga” para colgar la luz – me dijo
Como se llama? Así voy a la ferretería - contesté
Robinson – me dijo!!!!!
Ya sé que usted se llama Robinson!!!!!!

No les digo que tiene pocas luces pero todo el tiempo del mundo.