Para contarles un poco de los pormenores (o por mayores) del garaje, me tengo que remontar en el tiempo y aburrirlos con una breve introducción.
En nuestra de casa de Bs As, el auto dormía afuera. Desde que tuve el lujo de tener auto propio no me podía dar otro más y alquilar un garaje, así que los autos que pasaron por nuestras manos siempre quedaron indefensos ante las posibles amenazas de robos, choques o granizos.
En la búsqueda del nuevo hogar en tierras charrúas, notamos que la gran mayoría de los departamentos incluían cochera.
Cuando por fin elegimos el departamento, ni me tomé el trabajo de bajar al estacionamiento y ver la cochera asignada para nosotros. La consideraba un bonus trak, un plus que no estaba en la lista de los requisitos para el alquiler.
Fran se mudo a Montevideo a fines de abril, después del casamiento de Ruchi.
Yo no llegue hasta el 7 de mayo. Fue inteligente de mi parte mandar a Fran y a mi suegro para que recibieran la mudanza y acomodaran un poco la casa antes de mi llegada. Se hospedaron en un hotel y durante el día desembalaron, limpiaron y acomodaron muebles.
Mi llegada, junto con mi mama y Franchu, fue a las 20 hs de un viernes en Buquebus ya que tenía la tarea de cruzar el auto.
Maneje hasta el edificio Zadar (así se llama nuestro refugio), y nos estaba esperando Wilson quien al ver un auto con patente Argentina no dudo de quién era yo y me abrió la reja ,que permite entrar a una especie de gran zaguán a la intemperie para autos y personas.
Se presento, “chismeó un poco” y me dijo: Su marido la está esperando, Bienvenida.
Tocó un botón parecido al de una llave de luz y lentamente comenzó a abrirse una cortina metálica para que pudiera dirigirme a mi cochera. (Yo le indico cual es, no se preocupe señora – dijo)
Ante mi asombro (y el de mi mamá, Franchu dormía cual león chico), ahí no terminaba la cuestión. Apretó otro botón similar al anterior, y un puente levadizo de madera comenzó a bajar hasta quedar a nivel del suelo y del auto.
El garaje, propiamente dicho, es el peor del mundo. Tiene todos los ingredientes molestos: espacios chicos – autos grandes – poca luz – caños y columnas por todas partes que complican el radio de giro y generalmente algún vecino mirando como transpiras para lograr terminar la hazaña y poder bajar del auto.
Pero con paciencia y voluntad en la maniobra número 173 el auto entra perfecto.
No sé que es peor, si armarse de paciencia y hacer las maniobras pertinentes con delicadeza, avanzando el giro a razón de 1 cm por maniobra, (para los que ya tenemos algunas décadas encima, es la misma técnica que se usaba con el programa Logo de computación para hacer una pelota : adelante 10 , atrás 10, derecha 1 ), o bancarse a Wilson diciendo : “Hay que tomarle la mando… doble un poquito, un poco mas… dele dele, CUIDADO que va a tocar… la inquilina anterior tenía un coche más grande que el suyo… pero lo tenía estudiado… en 2 maniobras lo metía”)
Cuando percibió mi mirada fulminante ( Cual era la técnica!!!!! Decímela ya!!!!) Continuó con su relato: “… pero nunca presté atención en ver que maniobras hacía la mujer”.
No vale la pena aclarar que guardar o sacar el auto del garaje se convirtió en una tarea que tratamos de evitar y utilizamos el recurso de dejarlo afuera hasta que nos rompieron el vidrio y nos afanaron el GPC y los CD del auto.
Este infortunio nos vio obligados a volver a las maniobras, a calcular la distancia con la columna o el caño y a encontrarnos con la vecina de garaje quien mientras observaba nuestra batalla cotidiana decía:
“La inquilina anterior no sabes que maña se daba…” “Ella lo que hacía era…”
(Por fin!!!! Pensé. Me van a revelar el secreto de la campeona del Tetris automovilístico.)
Luego de una pausa añadió “…Lo entraba marcha atrás desde la calle.”
(EH!!!! Un chino absoluto, esto es una estafa!!!! Seguiré practicando Logo: adelante 10, atrás 10, derecha 1)
La inquilina anterior, la reina del Tetris. |
Y así pasaron los días y se hicieron semanas… y aunque nunca logre ser la inquilina anterior me acostumbre y le tome (un poco) la mano.
Después de dos meses volvimos a Buenos Aires con nuestro querido C3, ya que debíamos entregárselo a su nueva dueña: Lal.
El motivo de la venta, era que no podíamos tener un auto con patente argentina si queríamos tener la residencia en Uruguay. Al regresar, en solo una semana elegimos auto, pagamos y nos entregaron el nuevo: Un Renault Symbol 0KM.
Fran lo manejó los primeros días, y yo elegí la peor combinación para probar “el chiche nuevo”; sacarlo del garaje en un día de lluvia feo y oscuro.
Tenía que ir al centro y todavía no soy muy ducha con el mapa de Montevideo, otro ingrediente más a la tensión de manejar auto nuevo (además ya les conté que el trazado de las calles está diseñado por un nene de 5 o 7 años).
Cuando por fin termine mi recorrido, busque a Franchu en el colegio y al entrar al garaje me encontré con el auto de la vecina en la pequeña y cuadrilátera calle que tenemos para que cada uno pueda acceder a su recinto asignado. En la cochera frente a la nuestra había una camionetita de una empresa de seguros (ese espacio muchas veces está vacío y es lo mejor que nos puede pasar a la hora de estacionar).
La vecina (una mujer de unos 50 años, de baja estatura con pelo rubio por los hombros, probablemente docente de algún liceo) estaba junto con el dueño de la camionetita sacando fotos al auto, porque le habían robado el estéreo y alguna otra cosa más.
- Porque no metes el auto ahí? Dijo, señalándome una cochera libre en donde entraba con suerte y vaselina una moto grande.
- No, deja… espero que termines, no entro ahí. ( y mientras pensaba, a esta señora sí que le mintieron con las medidas)
Cuando terminaron con la sesión fotográfica, la vecina se dirigió a mí y dijo:
- Ahora entro mi coche y te dejo pasar.
El espacio que me quedaba para maniobras era muy mezquino, respire hondo y con resignación empecé a practicar mis conocimientos de logo (adelante 10, atrás 10…)
Y como para que no me sienta sola, a ambos lados del auto tenia al asegurador y a la vecina diciendo:
- Mmm, toca así, ponelo mas para este lado… no, no que toca.
- Si lo entras de trompa, yo saco la camioneta y así tenes más lugar, dijo el asegurador.
( Si entro el auto de trompa, apago el motor, lo agarro a Franchu y me voy a mi casa GIL!!!!!)
Entonces se escucha la voz suave de docente de mi vecina:
- La inquilina anterior lo entraba en una maniobra, venía directamente marcha atrás desde la calle.
Casualmente de fondo sonaba una canción que decía “… que no vale la pena discutir, si lo podemos arreglar a tiros…”
Ganas no me faltaron de hacer caso a la canción de Bunbury… y tendría que haber respirado hondo y dejarla pasar. Mi reacción fue intermedia:
- Sabe una cosa, dije mirando al asegurador, el auto va a entrar con maniobras y paciencia; Y si los tengo a ustedes gritándome en Estéreo no puedo concentrarme ( mi tono de voz aumentaba a medida que iba terminando la frase)
El pobrecito de Franchu empezó a llamarme y pedirme cosas y como era de esperar la ligó él al mejor estilo “NO ME PONGAS MÁS NERVIOSA DE LO QUE ESTOY, CARAJO!!!!” (China Zorrilla en Esperando la Carroza). Le pegue tres gritos, y la vecina que seguía mirando, me dice en un tono suave e irritante:
- No te pongas nerviosa…
Guardé el auto en la maniobra 510, lo llene de besos a Franchu y le pedí perdón.
Mientras subía en el ascensor pensaba: “Realmente es un beneficio tener Garaje?”
Nota: Otro día les cuento porque sé que lo que hacía la inquilina anterior es un chino.
3 comentarios:
Noooooooo!!! No te imagino ni un poco gritándole a un vecino!!! Evidentemente te volvieron loca...
Si querés, este fin de semana, te acompaño y los cagamos a tiros!!!
me perdi en la mitad, pero el garage parece importante, le dedicaste mas de 2000 palabras!!!!!
puedo ser garage!
yo cuando hacia el curso de manejo, tambien estacionaba en 2 maniobras....
.............................................................................................................................cri cri cri
jajajajajajaj
me encantó tu relato, aunque seguro q a vos no te encantó vivirlo jajaja
un beso, q estes muy bien :)
Publicar un comentario